Empresas reducen el envasado y la calidad para enmascarar inflación

Empresas reducen el envasado y la calidad para enmascarar inflación

Cada vez más empresas recurren a la reducción del tamaño de los envases y a la modificación de la composición de los productos para enmascarar el aumento de los costes al consumidor final, señala el Instituto Brasileño de Defensa del Consumidor (IDEC).

Según la coordinadora del IDEC, Ione Amorim, en el pasado ya se registraban casos de este tipo, pero la alta inflación de los últimos dos años en Brasil ha hecho que cada vez más empresas de diferentes sectores adopten la práctica. “Hoy en día, la forma de hacerlo ha adquirido una dimensión mucho mayor”, subrayó.

El Índice de Precios al Consumo Amplio (IPCA), medido por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), acumulaba en mayo una tasa del 11,73% en 12 meses. Desde mayo de 2020 hasta mayo de este año, la inflación medida por el índice alcanzó el 20,27%.

Reduflación

Se viene llamando reduflación la práctica generalizada de reducir envases y disminuir las cantidades normalmente vendidas. La cantidad o la calidad del producto es menor, pero el precio no se baja – al menos no en la misma proporción que la reducción del envase –. Las empresas buscan así evitar el desgaste que supone la subida directa de los precios.

Ione recuerda que una ordenanza de la Secretaría Nacional de Defensa del Consumidor regula los cambios de tamaño y cantidad de los productos que se venden en los envases, definiendo que los cambios deben ser destacados en las etiquetas durante 180 días.

Sin embargo, según la economista, las empresas vienen utilizando estrategias que apuestan por la falta de atención de los consumidores. “Para eludir esta ordenanza, están lanzando paquetes paralelos”, dice.

Es decir, el mismo producto se vende en dos envases muy similares, pero uno de ellos con menos cantidad que el original. “Los envases de aceite de oliva tradicionalmente se embotellaban con 500 ml, y hoy ya se ven algunos de 400 ml. Así que hay que tener cuidado cuando se adquiere el envase, porque son muy similares”, advierte.

Para ayudar a los consumidores a comparar precios, la economista recomienda consultar el precio por unidad de medida: litro, kilogramo o metro. “El Código de Defensa del Consumidor, en su artículo 6, exige que se muestre en los estantes el precio por unidad de medida kilo, litro o metro para que el consumidor pueda hacer la relación entre los distintos envases del producto que se le ofrece”, explica.

Ione alerta de que hay empresas que también están cambiando la composición de los productos. Según la economista, la medida está siendo adoptada por varios fabricantes que reducen el porcentaje de materias primas, sustituyéndolas por compuestos ultraprocesados. Ione relata que ya han realizado cambios de este tipo las marcas de zumos, que ya no tienen el porcentaje mínimo de fruta para convertirse en néctar, las de chocolate, que reducen la cantidad necesaria de cacao, y las de leche condensada, que ya no tienen leche en la composición. “Este producto, además de tener alteraciones en su composición, también tiene reducción de costes, porque se ha empeorado y ha mantenido el precio”, dice Ione.